Los momentos en la historia que deciden el futuro de una marca son excepcionalmente raros. Por lo general, es una larga serie de discusiones y deliberaciones lo que da forma a las decisiones. En el caso de MINI existió tal ocasión a mediados de la década del ‘90, cuando los diseñadores y responsables del proyecto se sentaron a elegir cómo se vería en el próximo siglo.

El modelo que conocemos hoy en día estaba allí junto a otras propuestas, entre los que destaca el radical MINI ACV 30. Este concepto concebido para llamar la atención no logró avanzar, aunque se ha mantenido como una gran influencia en la marca británica.

MINI ACV 30

En 1994 BMW adquirió Rover Group, el conglomerado británico de fabricación de vehículos. En ese momento, el Grupo Rover poseía varias marcas, entre las que destacaba Mini. La idea de una nueva generación de este icónico automóvil había estado rondando desde finales de la década del ‘60, pero nunca había logrado despegar. No obstante, todo cambió rápidamente una vez que los nuevos propietarios se incorporaron.

BMW Group tenía grandes ambiciones con la marca y tan solo un año después puso manos a la obra para la creación de una nueva generación de MINI. Así fue que el grupo alemán les encargó a los equipos de diseño de Rover y BMW que crearan sus propios conceptos para esta nueva generación. Los diseñadores se pusieron a trabajar y, en octubre de 1995, en el centro del British Motor Industry Heritage Trust, en Gaydon, presentaron su trabajo.

Si bien las propuestas del equipo Rover se adhirieron al tamaño y la simplicidad del Mini original, al final se eligió uno de los diseños del conjunto de BMW, ya que se acercaba más a la imagen Premium que BMW Group tenía en mente. Ese diseño, creado por Frank Stephenson, sería la base del nuevo MINI, no obstante, los otros autos exhibidos en aquella reunión también resultaron importantes en la historia de la marca.

MINI ACV 30

El más famoso de esos diseños que no lograron convertirse en “el nuevo MINI” fue realizado por Adrian van Hooydonk, entonces diseñador de exteriores de automóviles BMW y actual vicepresidente senior de BMW Group Design.

Van Hooydonk se inspiró en el pasado deportivo de Mini para apuntar hacia su futuro y si bien la idea fue rechazada en 1995, se siguió desarrollando como un concept car completo que se develó al público con el nombre de Anniversary Concept Vehicle, o ACV 30, en enero de 1997. La denominación hacía referencia a las espectaculares victorias de Mini en el Rally de Monte Carlo, alcanzadas 30 años antes (1964, 1965 y 1967).

A primera vista, el ACV 30 se parece poco al MINI que recibiría el nuevo milenio, pero existen muchas similitudes. En aquel momento, el vehículo se presentó como la versión contemporánea de un superdeportivo de rally, que rendía homenaje al pasado de Mini.

De esta manera, el ACV 30 no solo no tenía motor delantero como el Mini clásico, sino que poseía tracción trasera y motor central de 1.8 litros. Esta decisión nunca tuvo la intención de ser permanente y probablemente haya sido el resultado de usar una plataforma de Rover Group, pero el vehículo concepto era funcional. El MINI de producción final tuvo, por supuesto, motor delantero y tracción delantera, al igual que el Mini original.

MINI ACV 30

El MINI ACV 30 demostró que las características distintivas, como la parrilla del radiador hexagonal y los faros redondos del Mini clásico, podían trasladarse a un modelo futuro. Al ser un auto de rally, este prototipo también recibió cuatro luces adicionales en su frente que, aunque no se incluyeron en la versión de serie del MINI, estaban disponibles como accesorio. Los pasos de rueda abultados también dejaron notar su influencia, aunque los del MINI final serían más reservados.

Otros elementos también pasaron a formar parte del primer nuevo MINI, como los faros grandes, el formato de baúl tipo hatchback y el techo flotante con los icónicos pilares negros. El interior del automóvil estaba casi listo para la producción final y, como era de esperar, sentó las bases para el diseño definitivo del habitáculo, con su prominente velocímetro montado en el centro.

El prototipo real del MINI se presentaría ocho meses después en el Salón del Automóvil de Frankfurt, en septiembre de 1997, atrayendo la atención de todos los que lo vieron. Pero nadie olvidó el concept deportivo e impresionante que había sido develado solo algunos meses antes.

 

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