La conducción autónoma es una realidad que avanza a pasos agigantados en la industria automotriz. Actualmente, se habla del nivel 3, en el cual el conductor puede retirar las manos del volante y los pies de los pedales, permitiendo la realización de otras tareas mientras el coche circula. Sin embargo, es necesario estar alerta para intervenir en caso de que el sistema requiera la atención del conductor frente a una situación de riesgo.

Hasta el momento, solo cuatro automóviles cuentan con esta tecnología y han sido aprobados por las autoridades competentes de algunos países para circular en modo “manos libres” en determinados entornos.

Conducción autónoma

El primer automóvil en incorporar el nivel 3 de conducción autónoma fue el Honda Legend, el cual fue lanzado en marzo de 2021. La tecnología denominada Traffic Jam Pilot de Honda ha sido aprobada por las autoridades japonesas para circular en determinados entornos y a velocidades de hasta 50 km/h. Este modelo se convirtió en el primer coche autorizado en permitir al conductor realizar actividades secundarias mientras el automóvil se encuentra en movimiento.

El segundo fabricante en obtener la aprobación para el nivel 3 de conducción autónoma fue Mercedes-Benz. Los modelos Clase S y EQS recibieron el visto bueno de la Autoridad Federal de Transporte Motorizado de Alemania en diciembre de 2021 y posteriormente, en enero de 2023, la aprobación del estado de Nevada en Estados Unidos. En ambos casos, la conducción autónoma se encuentra permitida hasta los 60 km/h y en ciertos tipos de vías. Desde mayo de 2022, es posible equipar el sistema Drive Pilot en estos modelos de Mercedes-Benz.

El tercer fabricante en sumarse a esta tecnología es Li Auto, cuyo modelo Li L9 con tecnología de conducción autónoma AD Max ya ha sido autorizado en la ciudad china de Shenzhen para circular sin la intervención del conductor, permitiendo retirar las manos del volante sin necesidad de prestar atención constante a la carretera.

Conducción autónoma

Existen otros dos automóviles que permiten la conducción sin las manos en el volante, pero que requieren que el conductor se mantenga atento al entorno vial. El nuevo BMW Serie 5 cuenta con el sistema Driving Assistant Professional, el cual permite circular sin las manos en el volante en Alemania, Estados Unidos y Canadá, alcanzando velocidades de hasta 130 km/h en el mismo tipo de vías.

Sin embargo, estrictamente hablando, no se trata de un nivel 3 de conducción autónoma, sino más bien de un nivel 2.5. La principal diferencia radica en que el conductor no puede despreocuparse por completo de la conducción ni apartar la vista de la carretera para realizar otras tareas, ya que un sistema de cámaras interiores monitoriza su comportamiento y emite una alerta si se desvía de la vía. Un caso similar es el de Ford y su tecnología Ford BlueCruise, homologada para su uso en Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, que permite conducir sin sujetar el volante a velocidades de hasta 130 km/h, pero también requiere que el conductor se mantenga alerta.

El parabrisas juega un papel clave en todas estas tecnologías, ya que alberga los sensores y cámaras necesarios para el funcionamiento de los sistemas de asistencia al conductor y de conducción autónoma. Estas cámaras y sensores son los “ojos” de los sistemas ADAS y de conducción autónoma, ya que captan la información del entorno y permiten al vehículo procesarla de manera precisa para tomar decisiones adecuadas.

Conducción autónoma

Las cámaras frontales instaladas en el parabrisas son especialmente importantes, ya que permiten al vehículo detectar objetos y personas de forma fiable en todo momento mediante el procesamiento de imágenes combinado con métodos de inteligencia artificial.

Las cámaras trabajan en conjunto con el radar, encargado de determinar la velocidad relativa, distancia y posición de los objetos que se encuentran alrededor del vehículo, así como con el sensor líder, que mide con precisión la distancia, posición y altura en tres dimensiones.

Cuando se realiza la sustitución del parabrisas, es necesario desmontar las cámaras del cristal dañado y montarlas en el nuevo. Además, se debe llevar a cabo una recalibración por parte de especialistas cualificados para asegurar que los sistemas funcionen con la máxima precisión y proporcionen la información correcta. Cuando esta operación no se realiza o se lleva a cabo de forma incorrecta, los sistemas de seguridad no reconocen adecuadamente el entorno, lo que puede provocar accidentes al no calcular correctamente las distancias y el tiempo.

Si bien actualmente solo unos pocos modelos cuentan con esta tecnología aprobada, se espera que en el futuro más marcas logren alcanzar niveles de conducción autónoma superiores. Solo es cuestión de tiempo…

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