VWCV Classic Vehicles, el departamento de vehículos clásicos de Volkswagen, trajo nuevamente a la vida al Half-track Fox, una Kombi todo terreno que se fabricó en la planta de Hannover en mayo de 1962 y luego se envió a su comprador en Austria.

Después de un breve período de tiempo como una Kombi normal en 1968 fue transformada por el mecánico vienés Kurt Kretzner en un vehículo con capacidades off-road gracias a sus cuatro ejes, dos de ellos equipados con un mecanismo de transmisión por cadena y otros dos móviles para desplazarse fácilmente sobre la nieve en cualquier dirección.

Fuentes históricas dicen que Kretzner, que era un gran esquiador, tuvo esta idea al observar que en las regiones montañosas de Austria había escasez de camionetas con capacidades todoterreno de alto nivel y que, al mismo tiempo, fueran fáciles de conducir para cualquier persona.

UN VEHÍCULO ÚNICO

Kretzner pasó más de cuatro años diseñando y construyendo su vehículo alpinista. Al parecer, construyó solo dos de estos dos Half-track Fox y de ellos solo uno llegó a nuestros días.

Esta particular Kombi cuenta con un doble eje direccional con neumáticos duales de 14 pulgadas de banda de rodadura rugosa y, en la parte trasera, otro doble eje con transmisión por cadena que iban montadas sobre llantas de 13 pulgadas (una construcción de diseño propio hecha de elementos de aluminio con tacos de goma de dos centímetros de espesor).

Como resultado de la doble dirección del eje delantero el radio de giro del Half-track Fox era de menos de 10 metros por lo que casi podía girar dentro de su propia circunferencia. Cada rueda estaba equipada con un freno.

Un diferencial de deslizamiento limitado automático aseguró una propulsión hacia adelante distribuida uniformemente incluso en nieve profunda. El motor se mantuvo sin cambios con un cuatro cilindros de 1.2 litros y 33 CV que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 35 km/h.

El Half-track Fox se convirtió en una especie de unicornio por lo que era muy difícil de ver en acción. En 1985 apareció por última vez en Viena, antes de que a principios de la década de 1990 fuera comprado por el Museo Porsche en Gmünd.

En algún momento, el Half-track Fox pasó a manos de la Bullikartei e.V., una sociedad de amantes de la primera generación de la Kombi. En 2005 intentaron restaurarlo pero se quedaron a mitad de camino por razones logísticas.

A finales de 2018 entró en la colección del  VWCV Classic Vehicles con el objetivo de hacerlo funcionar de nuevo. La carrocería con 60 años fue despojada de su pintura, reparada y se le dio una capa de inmersión catódica y se volvió a pintar en el tono naranja mate original.

El equipo de VWCV Classic Vehicles también recuperó la mecánica y el interior donde los componentes de madera de haya y pino se adaptaron individualmente al espacio interior.

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