Cuando la compañía Apollo Automobil se fundó en 2004 sobre la base de Gumpert Sportwagenmanufaktur sus responsables lo hicieron con el objetivo de lograr vehículos que tengan una conexión pura, cruda y emocional entre el conductor y al automóvil.
Por eso no extraña la denominación que eligieron para su caballito de batalla: Apollo Intensa Emozione, toda una declaración para el disfrute. Las emociones intensas que propone este deportivo, inspirados en los GT1 de la década de 1990, están sustentadas en la dinámica de conducción complementada con una aerodinámica de competición y un potente motor.
“Nos gusta un tipo de coche puro y amenazante, que requiera de ciertas habilidades para conducirlo. Los superdeportivos actuales se están volviendo demasiado previsibles. Difuminan la experiencia de conducción del piloto”, explicó Ryan Berris, gerente general de Apollo Automobil.
“En la actualidad los fabricantes de este tipo de vehículos parecen estar centrados en conseguir cifras. Pero llega un punto en el que el automóvil pierde el factor de sorprendernos. Es como si pudieras convertirte en un piloto profesional con solo conducir el coche durante 30 minutos”, agregó el ejecutivo.
El Apollo IE, que cuenta con una carrocería de fibra de carbono y tiene un peso de 1.250 kilos, está equipado con un motor V12 firmado por Ferrari. Este impulsor eroga 780 CV y 760 Nm de torque.
El potente impulsor está acoplado a una caja secuencial de seis velocidades con la que el Apollo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos y superar la velocidad de 335 km/h.
Pero disfrutar de esta máquina tiene su precio ya que su producción estará limitada a solo diez unidades. ¿Cuánto hay que pagar? Unos 2,3 millones de euros.
